Flora y Fauna
La riqueza y diversidad de la fauna y flora de Brasil ostentan uno de los primeros lugares en el mundo en cuanto al número de especies de primates, anfibios y plantas, el tercero, en aves y el cuarto en especies de mariposas y reptiles. En este breve apartado intentaremos realizar una rápida mirada a la extraordinaria diversidad de plantas y animales que posee Brasil.
El Pantanal, la región localizada en el centro del país entre los estados de Mato Grosso y Mato Grosso del Sur, destaca por su especial riqueza. Rodeado de tierras altas, al este por las montañas de la Sierra de Maracaju, al sur por la Sierra da Bodoquena, al oeste por el Chaco de Paraguay y Bolivia y al norte por la Sierra dos Parecis y do Roncador, el Pantanal recibe las corrientes provocadas por las lluvias que se suceden en las zonas altas, por lo que, en tiempo de precipitaciones, entre los meses de octubre y marzo, los ríos inundan gran parte de la zona, formando las "cordilheiras", parcelas de tierra seca donde los animales permanecen juntos. En esta temporada, hasta que el agua remite, a principios de febrero, las incursiones son muy difíciles. Sin embargo, esta situación proporciona una enorme riqueza de alimentos para los animales que pastan en una tierra muy fértil. En la temporada de sequía, el verde que florece en la vegetación del Pantanal incluye la sabana y los bosques. La abundancia y diversidad de alimentos sostiene un impresionante universo de aves, que basan su alimentación en insectos, caracoles y peces. Entre las más de 600 especies, destacan los halcones, cardinales, garzas y garcetas, pájaros carpinteros, guacamayas, ibises, cigüeñas, tucanes y el "tuiuiu" la cigüeña de color negro, símbolo del Pantanal. A pesar de que las aves son los animales salvajes más comunes, la zona es también un importante santuario de mamíferos y reptiles como anacondas, iguanas, jaguares, ocelotes, monos, osos hormigueros, tapires o capybaras, el roedor más grande del mundo. El ganado vive extraña y armoniosamente entre los diferentes animales salvajes.
El Amazonas es el bosque ecuatorial más grande del mundo ocupando aproximadamente el 45 % de la extensión total de Brasil. El ecosistema se clasifica en cuatro estratos, siendo el de mayor actividad el estrato más alto, (20 y 40 metros de altura) donde las plantas compiten por los rayos del sol y donde habitan la mayoría de aves y monos. La densidad de la selva y el toldo del estrato más alto impide el acceso de los rayos solares al estrato más bajo, lo que posibilita un importante ecosistema. El estrato más bajo está compuesto por plantas que requieren de muy poca luz, así como por una infinidad de hormigas, termitas e innumerables insectos.
La selva es uniforme y las especies varían de un lugar a otro. Se estima que el número de especies sea de 15.000 especies entre miles de aves, cientos de mamíferos y de peces y numerosas plantas sin clasificar. Sobresalen los jaguares, tapires, pecaríes, capybaras, monos araña, armadillos, caimanes, delfines de río, tortugas, serpientes como la boa y anaconda, tucanes, halcones, miles de insectos, más de 200 especies de mariposas y mosquitos, pirañas y anguilas eléctricas. La deforestación en el Amazonas no significa otra cosa que la pérdida de todo un importante ecosistema de vida salvaje.
La región, conocida como la "Mata Atlántica", se reduce a las plantaciones de caña de azúcar y de café. Separada del Amazonas por terrenos más secos, esta zona alberga especies endémicas como el mono araña, más de 115 especies de aves, de las que 94 son únicas, mientras que la vegetación se distingue por sus maderas: "madera de Brasil".
La zona de Mata de Araucaria, en la región montañosa del suroeste, estuvo poblada tiempo atrás por altos árboles de araucarias. Desgraciadamente la explotación irracional ha transformado de forma irreversible el paisaje.
En los años setenta Brasil fue víctima del llamado Plan de Integración Nacional ideado por los militares, creando cientos de caminos que provocaron una importante deforestación. En los años 80 los gobiernos recurrieron a la explotación de los recursos forestales para pagar la deuda externa, incrementando la deforestación. En los años 90 Brasil ha pasado a tener una gran importancia, al tomar conciencia de que los daños causados en el Pantanal y en el Amazonas son muy serios, sobre todo por que aquí se encuentra cerca del 10 de las especies de plantas y animales de todo el mundo y porque la zona produce el 20 del oxígeno y el 20 de agua fresca del total de la tierra. En estos momentos el país cuenta con 350 Parques Nacionales y Estaciones Ecológicas, que representan aproximadamente 300.000 kilómetros cuadrados.
El Pantanal, la región localizada en el centro del país entre los estados de Mato Grosso y Mato Grosso del Sur, destaca por su especial riqueza. Rodeado de tierras altas, al este por las montañas de la Sierra de Maracaju, al sur por la Sierra da Bodoquena, al oeste por el Chaco de Paraguay y Bolivia y al norte por la Sierra dos Parecis y do Roncador, el Pantanal recibe las corrientes provocadas por las lluvias que se suceden en las zonas altas, por lo que, en tiempo de precipitaciones, entre los meses de octubre y marzo, los ríos inundan gran parte de la zona, formando las "cordilheiras", parcelas de tierra seca donde los animales permanecen juntos. En esta temporada, hasta que el agua remite, a principios de febrero, las incursiones son muy difíciles. Sin embargo, esta situación proporciona una enorme riqueza de alimentos para los animales que pastan en una tierra muy fértil. En la temporada de sequía, el verde que florece en la vegetación del Pantanal incluye la sabana y los bosques. La abundancia y diversidad de alimentos sostiene un impresionante universo de aves, que basan su alimentación en insectos, caracoles y peces. Entre las más de 600 especies, destacan los halcones, cardinales, garzas y garcetas, pájaros carpinteros, guacamayas, ibises, cigüeñas, tucanes y el "tuiuiu" la cigüeña de color negro, símbolo del Pantanal. A pesar de que las aves son los animales salvajes más comunes, la zona es también un importante santuario de mamíferos y reptiles como anacondas, iguanas, jaguares, ocelotes, monos, osos hormigueros, tapires o capybaras, el roedor más grande del mundo. El ganado vive extraña y armoniosamente entre los diferentes animales salvajes.
El Amazonas es el bosque ecuatorial más grande del mundo ocupando aproximadamente el 45 % de la extensión total de Brasil. El ecosistema se clasifica en cuatro estratos, siendo el de mayor actividad el estrato más alto, (20 y 40 metros de altura) donde las plantas compiten por los rayos del sol y donde habitan la mayoría de aves y monos. La densidad de la selva y el toldo del estrato más alto impide el acceso de los rayos solares al estrato más bajo, lo que posibilita un importante ecosistema. El estrato más bajo está compuesto por plantas que requieren de muy poca luz, así como por una infinidad de hormigas, termitas e innumerables insectos.
La selva es uniforme y las especies varían de un lugar a otro. Se estima que el número de especies sea de 15.000 especies entre miles de aves, cientos de mamíferos y de peces y numerosas plantas sin clasificar. Sobresalen los jaguares, tapires, pecaríes, capybaras, monos araña, armadillos, caimanes, delfines de río, tortugas, serpientes como la boa y anaconda, tucanes, halcones, miles de insectos, más de 200 especies de mariposas y mosquitos, pirañas y anguilas eléctricas. La deforestación en el Amazonas no significa otra cosa que la pérdida de todo un importante ecosistema de vida salvaje.
La región, conocida como la "Mata Atlántica", se reduce a las plantaciones de caña de azúcar y de café. Separada del Amazonas por terrenos más secos, esta zona alberga especies endémicas como el mono araña, más de 115 especies de aves, de las que 94 son únicas, mientras que la vegetación se distingue por sus maderas: "madera de Brasil".
La zona de Mata de Araucaria, en la región montañosa del suroeste, estuvo poblada tiempo atrás por altos árboles de araucarias. Desgraciadamente la explotación irracional ha transformado de forma irreversible el paisaje.
En los años setenta Brasil fue víctima del llamado Plan de Integración Nacional ideado por los militares, creando cientos de caminos que provocaron una importante deforestación. En los años 80 los gobiernos recurrieron a la explotación de los recursos forestales para pagar la deuda externa, incrementando la deforestación. En los años 90 Brasil ha pasado a tener una gran importancia, al tomar conciencia de que los daños causados en el Pantanal y en el Amazonas son muy serios, sobre todo por que aquí se encuentra cerca del 10 de las especies de plantas y animales de todo el mundo y porque la zona produce el 20 del oxígeno y el 20 de agua fresca del total de la tierra. En estos momentos el país cuenta con 350 Parques Nacionales y Estaciones Ecológicas, que representan aproximadamente 300.000 kilómetros cuadrados.
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